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El fundador de la Loteria Nacional Dominicana fue un Sacerdote



El padre Billini Fundo la Lotería para ayudar a los pobre y lo que se hace ahora no es su legado

En República Dominicana decir Padre Francisco Xavier Billini es sinónimo de filantropía. Ni su muerte, hace más de un siglo, ha podido borrar su legado; más aún, cuando sus obras todavía siguen dando frutos. La Lotería Nacional es un auténtico ejemplo de ello.

El italiano Juan Antonio Billini y Ruse, que llegó a principios del siglo XIX a la isla en una expedición enviada por Napoleón Bonaparte y Ana Joaquina Hernández y González, que aunque nació en Cuba, era hija de padres dominicanos; fueron los progenitores de quien estaba llamado a convertirse en sembrador de obras sociales en el país.Francisco Xavier Billini nació en Santo Domingo, el 1 de diciembre de 1837, en la casa que actualmente está marcada con el número 33, en la calle 19 de Marzo. Fue bautizado, según la tradición de la iglesia Católica, el 11 de diciembre de 1837, en la Catedral de Santo Domingo, adonde años más tarde regresaría, pero ya investido como sacerdote. Su vocación por el sacerdocio le llegó temprano, dando claras muestras de que su vida sería orientada por la fe cristiana. Estudió en el Seminario Santo Tomás de Aquino.

Fue el obispo Tomás Portes e Infante quien le concedió la licencia de hábitos. También, la primera clerical tonsura. Esto último ocurrió en junio de 1851. Más tarde, en abril de 1861, en Puerto Rico, Fray Benigno Carrión de Málaga lo ordenó sacerdote. Ya como clérigo, acogió la palabra de Dios, la educación y el servicio a favor de los más necesitados, como su razón de ser. En la iglesia Regina Angelorum, el 9 de junio de 1861, cantó su primera misa.

Un rosario de obras

En junio 19 de 1869, con apenas 8 años de ser ordenado sacerdote, en la calle Santomé de la actual Zona Colonial, fundó la Casa de la Beneficencia. “La Casa de la Beneficencia” albergó y sostuvo, con el fervor de Dios y de personas caritativas, un gran número de desvalidos que allí encontraron pan espiritual y pan de trigo”, refiere el historiador. La Casa de la Beneficencia no es sino la precursora de lo que hoy los dominicanos conocemos como Hospital Padre Billini, convertido en un centro de salud y docencia para residencias médicas.

No conforme con esta magnifica obra, el padre Francisco Xavier Billini, le tendió su mano benefactora a los niños huérfanos de la época. Por eso creó la Escuela de Artes y Oficios. Más tarde, su caridad se creció aún más. Fundó un leprocomio, que fue instalado en lo que actualmente conocemos como la Iglesia San Lázaro. Sin parar, instaló un centro para dementes, que originalmente fue instalado en las ruinas del Convento de San Francisco, en octubre de 1885. Para la publicación de los periódicos “La Crónica” y “El Amigo de los Niños”, diligenció también una imprenta.

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